Habilidades blandas en niños: ¿Qué son y cómo medirlas?
La creatividad, la capacidad de trabajar en equipo, el liderazgo: estas son solo algunas de las habilidades blandas que, con el pasar del tiempo y el cambio de ciertos paradigmas, se han vuelto cada vez más importantes en el desarrollo de una persona adulta pero, sobre todo, en el crecimiento de los niños.
Las competencias blandas cada vez resuenan más en el mundo laboral y el personal, así como la necesidad de llevar a cabo la detección de conocimientos y habilidades transversales. Sin embargo, por mucho que nos resulte familiar, en la mayoría de las ocasiones no estamos del todo seguros de qué se trata.
Entonces, ¿Qué son las habilidades blandas, exactamente? En este artículo te contamos un poco más de ello, así también sobre cómo llevar a cabo la evaluación de habilidades en este sentido. ¡Sigue leyendo!
¿Qué son las habilidades blandas?
Las habilidades blandas son habilidades subjetivas, también conocidas como interpersonales, y tienen que ver con la forma en que nos relacionamos e interactuamos con otros. Podríamos decir, a grandes rasgos, que son las que nos permiten vivir en sociedad, junto a otras personas.
A diferencia de las habilidades duras —aquellas más relacionadas con las capacidades como el lenguaje, el cálculo y otras actividades que suelen formarse y evaluarse en el sistema educativo—, es difícil señalar evidencia específica de que se posee una habilidad blanda, sobre todo cuando de niños se trata.
Sin embargo, la detección de conocimientos y habilidades transversales es muy importante. Algunas de ellas son, por ejemplo: comunicación y escucha activa, liderazgo, planificación y gestión del tiempo; trabajo en equipo; flexibilidad; toma de decisiones; y negociación.
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¿Cómo medimos las habilidades blandas en los niños?
Como mencionamos, medir las habilidades blandas en niños es difícil, pero no por eso menos importante. Si bien no hay certezas en un 100%, es posible seguir algunos procedimientos para llevar a cabo una evaluación de habilidades lo más cercana posible a la realidad. Pero, para ello, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), recomienda seguir algunos consejos.
Tener un objetivo claro
Existen muchos tipos de habilidades blandas. Por ello, es fundamental comenzar la evaluación sabiendo qué se quiere medir y por qué, ya sea para tener un diagnóstico individual, un panorama de una población en específico y el impacto de alguna intervención, etcétera.
Utilizar un test
Los test son una de las herramientas más utilizadas al momento de realizar una evaluación de habilidades blandas. Existen muchos instrumentos de esta clase que pueden ser útiles para medir impulsos, habilidades de planeación e incluso escalas de empatía o de reacciones interpersonales en niños y adolescentes.
También hay cada vez más estudios dentro del campo de las ciencias del comportamiento que desarrollan nuevos e innovadores instrumentos para medir conceptos como el altruismo, la confianza o la perseverancia.
Tener en cuenta el contexto
Tanto la edad como el contexto sociodemográfico y cultural pueden influir en las evaluaciones de estas competencias blandas. Por esto es importante no entender al niño como un individuo aislado, sino en relación con su entorno.
Adaptar la prueba
Si vas a realizar algún test o prueba para medir las capacidades blandas de los niños, es importante también que adaptes el examen a cada contexto particular. Piensa el test como una plantilla o base sobre la que tienes que trabajar para lograr el mejor resultado posible en función de cada niño en particular. Asimismo, no dejes de considerar el nivel de confiabilidad, en cuanto a resultados consistentes y de validez.
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Considerar los retos y desafíos
Medir y trabajar en función de la detección de conocimientos y habilidades transversales es un gran reto y adentrarte en su evaluación considerando esto es fundamental. Son muchos los factores que influyen en esta medición, tanto en relación con el niño al que se evaluará, como en la persona misma que realizará dicha prueba.
Por esto, es necesario comprender las habilidades blandas en toda su complejidad y no considerar ningún resultado como 100% definitivo, sino como una guía para avanzar en determinado sentido de estimulación y desarrollo.
¿Por qué es importante que identifiquemos las habilidades blandas de los niños?
Ahora bien, ya sabemos qué son las habilidades blandas y qué recomendaciones o cuestiones tener en cuenta al momento de medirlas. Pero, ¿por qué esto es importante?
El desarrollo de un costado complementario
El punto de partida es entender que, en una situación general, el sistema educativo convencional deja por fuera la evaluación de este tipo de aprendizajes al concentrarse más en las habilidades duras, por lo que esta faceta cada vez más importante en las sociedades queda relegada.
Según el Semanario Universidad, los niños en la escuela tienden a ser vistos como receptores de información, buscando más la repetición que la comprensión. En este sentido, identificar las competencias blandas es importante ya que rescata esa capacidad de entendimiento profundo, así como de habilidades que deberá poner en práctica durante toda su vida de forma consciente.
Adultos preparados para el mundo laboral
Asimismo, las nuevas metodologías y formas organizacionales cada vez se enfocan más en los diferentes tipos de habilidades blandas, en tanto entienden que los profesionales mejor preparados son aquellos desarrollados en estas áreas, tal y como señala Universia.net.
En este sentido, identificar estas competencias ya desde la niñez permite un mejor desarrollo y evolución; y, por lo tanto, posibilita la formación de futuros adultos mucho más capacitados.
Una inteligencia emocional más avanzada
Según Emeritus.org, identificar las capacidades blandas permite enfocar mejor el estímulo y desarrollo de la inteligencia social, necesaria para la vida cotidiana en sociedad.
Conclusión
Cuidar y criar niños es más complejo de lo que puede pensarse, ya que son muchos los aspectos que hay que tener en cuenta.
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