Cómo afecta la falta de inteligencia emocional en tu trabajo
Dentro de la diversidad de habilidades y aptitudes que un empleado puede aportar en su lugar de trabajo, existe un requisito particular que está tomando mayor valor en los últimos años, la inteligencia emocional. Esto no quiere decir que la experiencia y la formación del trabajador se dejen por fuera, pero las llamadas habilidades blandas son cada vez más relevantes, pues en muchas ocasiones depende de ellas la productividad del equipo y la obtención de resultados idóneos. Todo lo anterior nos lleva a preguntarnos ¿Cuáles son las consecuencias de la falta de inteligencia emocional en el trabajo?
¿Qué es la inteligencia emocional?
Antes de profundizar en la forma en la que la inteligencia emocional puede afectar a tu empresa, es importante recalcar lo que este término significa en la actualidad. Se entiende como inteligencia emocional al conjunto de habilidades que permiten reconocer, apreciar y manejar de manera equilibrada las emociones propias y las de los demás.
Daniel Goleman es considerado el padre de la inteligencia emocional, pues fue el primero en acuñar este término en 1955 a partir de la publicación de su libro homónimo. Posteriormente, y gracias a la difusión de esta teoría en otros libros, talleres, trabajos y charlas, el concepto comenzó a reconocerse de masivamente.
En la actualidad, la inteligencia emocional se ha convertido en una valiosa característica, pues las personas con esta habilidad saben tratar y entender mejor a otros, además de poseer un mayor control y comprensión sobre sus propias emociones. Este tipo de habilidades, aunque parezcan estar implícitas en cada uno de los empleados, pueden estar poco trabajadas o en algunos casos, no existir.
Consecuencias de la falta de inteligencia emocional en el trabajo
El problema de contar con empleados sin inteligencia emocional recae directamente en el desarrollo de las dinámicas del lugar de trabajo. Esto significa que si cuentas con trabajadores con excelentes aptitudes creativas o de negociación, pero que carecen de tacto y control de emociones, los resultados terminarán por afectar las relaciones de tu empresa y, por consiguiente, la convivencia y el alcance de metas.
Detectar este tipo de aptitudes puede ser complicado, sin embargo, existen indicios que te pueden ayudar en esta importante tarea.
- Se ofenden con facilidad
Un empleado con baja inteligencia emocional tiende a ofenderse fácilmente con las expresiones más simples, ya sean frases, bromas o comentarios. Por el contrario, una persona con esta habilidad sabe diferenciar contextos y propósitos.
- Se arrepienten de sus errores
Sin importar el tipo de contexto, los errores forman parte de la naturaleza humana. Estos, además de dar grandes lecciones, se convierten en oportunidades para conseguir nuevos objetivos; sin embargo, una persona con falta de inteligencia emocional suele volver al pasado y profundizar hasta el cansancio en lo que ya no puede solucionar.
- Se estresan con facilidad
Debido a la incapacidad para gestionar sus emociones, un trabajador con esta baja habilidad cae en el estrés de manera repetitiva. Por otro lado, los empleados más preparados suelen identificar el problema, dar solución y lidiar con ello.
- Les cuesta expresar sus emociones
El vocabulario que usa un empleado con baja inteligencia emocional suele ser limitado y corto, esto debido a que están incapacitados para expresar de manera segura y honesta sus emociones.
- Se aferran a una idea y no aceptan contradicciones
La falta de inteligencia emocional hace que los trabajadores tomen decisiones de forma impulsiva y se comporten a la defensiva. No pueden aceptar opiniones o críticas sin sentirse ofendidos.
Si has identificado alguna de estas actitudes en tus empleados, es importante que también conozcas la manera para poner límites y mejorar el ambiente de trabajo. Lee este artículo sobre Ejercicios para aprender a poner límites y resuelve cualquier tipo de problema.
¿Cómo aumentar la inteligencia emocional en tus empleados?
Aumentar la inteligencia emocional de tus empleados debe ser una consigna en constante revisión. De esta forma podrás aportar habilidades extracurriculares a cada uno, así como mejorar las vías de comunicación y alcanzar nuevas metas.
- Expresar ideas de manera asertiva
La asertividad busca expresar ideas de la manera más honesta posible, sin ofender o juzgar a otros. Este concepto, aunque pueda aparecer en otro tipo de estrategias de comunicación, es la base para generar autoconfianza y dotar a tus empleados de inteligencia emocional.
- Mostrar empatía
En el entorno laboral, practicar comportamientos empáticos supone una mejora sustancial en las relaciones entre equipos. Esta habilidad dotará a cualquier trabajador de un sentimiento de aprecio por su equipo de trabajo.
- Motivar a tu equipo de trabajo
Para tener una buena motivación es muy importante trabajar en los sentimientos que la opacan. Estos pueden ser el sentimiento de obligación, la queja, el miedo, la culpa y el resentimiento.
- Promover el autoconocimiento
El autoconocimiento consiste en entender las fortalezas y debilidades de cada persona. Por ello, debes saber cómo son tus empleados detalladamente, promover los puntos fuertes y concentrarte en los puntos débiles para obtener su máximo potencial.
- Bienestar general
Una persona que desee aumentar su inteligencia emocional no buscará solo su propio bienestar, sino el de todos los demás. Este tipo de actitudes llevarán a tu equipo hacia un mismo camino y objetivo, lo que te ayudará a crear un grupo feliz, satisfecho y motivado.
Al contar con empleados con una inteligencia emocional alta, obtendrás beneficios que van desde tener trabajadores más confiados, hasta mejorar la capacidad de liderazgo de cada uno.
La inteligencia emocional es un ejercicio diario de exploración y aceptación. Si deseas conocer tu nivel y estar preparado para cualquier situación, no te pierdas de este artículo sobre Técnicas para mejorar la inteligencia emocional.